23 de enero de 2021

El Transporte Emergente al frente

Dedicado todas y todos quienes, con su labor, garantizan el traslado de las personas a su destino.

Era sábado 9 de enero del 2021 y la noticia comenzaba a aparecer en distintos medios. La Subestación del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro estaba incendiándose, personal del Metro estaba en proceso de ser evacuada por el Cuerpo de Bomberos. El balance arrojaba seis de las doce líneas de Metro fuera de servicio, un centro de control con daños mayores, y el deceso de una oficial en turno. A primera hora los grupos de chat del trabajo se activaron; entre ellos, los de enlace con la Red de Movilidad Integrada de la Ciudad de México, el chat del personal de análisis y planeación del transporte, el de operativos y otros más. El objetivo primordial en el corto plazo sería garantizar el traslado de alrededor de 1.4 millones, 54% respecto al total de personas usuarias del Metro.

Afluencia promedio diaria por Línea de Metro.


 
Fuente : Elaboración propia, a partir de operación, Metro 2020.

Sin fechas de restablecimiento del servicio Metro; la Secretaría de Movilidad (Semovi) en coordinación con la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) comenzó a redistribuir el parque vehicular de sus servicios regulares en las estaciones y las seis Líneas de Metro fuera de servicio; sin embargo, no sería el único organismo de transporte en contribuir. En este contexto y a marchas forzadas, por medio de videollamadas entre diferentes áreas de la Semovi comenzamos a plantear una estrategia integral para cubrir efectivamente el servicio de transporte en el mediano y largo plazo, hasta el restablecimiento total en las seis líneas de Metro. Con este texto; desde la perspectiva personal, trato de forma somera y hasta parcialmente, la experiencia detrás del trabajo de la estrategia de “Transporte Emergente”.

    Tras el incendio, la estrategia para garantizar el traslado de personas sin seis líneas de Metro comenzó con un Centro de Mando (CM) coordinado con otras dependencias y comunicando en tiempo real las afectaciones. Por otro lado, el equipo técnico comenzó por cruzar información con los Organismos de Transporte (compuesto por la Red de Transporte de Pasajeros, Sistema Metrobús, Sistema de Transportes Eléctricos, Corredores de Transporte) y las Rutas de Transporte Concesionado que operaban como servicios alimentadores o que corrían en paralelo con las seis líneas de Metro fuera de servicio para contactarlas y solicitar su apoyo en el traslado de personas.

    La capacidad técnica y experiencia del personal de la Semovi permitió trazar una ruta crítica para enfrentar la emergencia en materia de transporte, de manera sistemática. Se comenzó junto con los Organismos de Transporte a realizar los cálculos de dimensionamiento o tamaño del parque vehicular necesario para cubrir la demanda de millones de viajes en el Metro. Si bien se ha fortalecido a los organismos de transporte con más y mejores unidades; frente al volumen de usuarios del Metro se necesitaba más apoyo para cubrir la demanda de viajes, el cual encontramos en el Transporte Concesionado; aquel que con cada acción del Programa de Regulación puesto en marcha por Semovi, desde mediados del 2020 ha permitido tener un mayor nivel de comunicación, capacidad organizativa y supervisión en la operación.

Al concluir el trabajo de escritorio y tras las actualizaciones del diagnóstico compartido por el Centro de Mando, de carácter Interinstitucional, surgió la necesidad de acompañar al equipo en campo con otras dependencias como Instituto Nacional de Verificación Administrativa (Invea) y de SSC Tránsito en nodos con alta concentración de viajes. El equipo en campo permitió monitorear rutas de transporte de apoyo, características de unidades, sitios de ascenso y descenso, gratuidad del servicio a personas vulnerables, tarifas de cobro, accesibilidad del sitio, conflictos en materia vial, balizamiento, señalización y obras de mejoramiento.

Unidades de RTP en apoyo al Metro y la Red de Transporte Emergente
Fuente: Foto propia.

    Ese mismo día, a altas horas de la noche se desarrollaba una última reunión para definir roles y responsabilidades para comenzar la operación los siguientes días. La retroalimentación del personal en campo fue fundamental y con una comunicación constante  y a distancia, se obtuvo una Red de Transporte Emergente e integrada para ser implementada. La estrategia inició antes de las cinco de la mañana el lunes 11 de enero. Desde el Centro de Mando y con personal en campo se detectaron gradualmente áreas de oportunidad; entre ellas: mayor comunicación, información y señalización al usuario, cumplir con servicios de transporte programados, ampliar unidades en horas de máxima demanda, fortalecer las medidas sanitarias en el transporte, activar operativos de sanción y supervisión, entre otros. 


Foto propia: Jornada durante los primeros días

    Una de las tareas fundamentales del esquema de operación dentro de la estrategia  fue la comunicación e información en tiempo real, que permite, a la fecha, balancear la oferta de unidades en los 19 nodos de transporte y cumplir con la demanda de usuarios. Entre el personal que cubre la operación en sustitución de las líneas de Metro y los días; se ha manteniendo el ritmo de trabajo, cuidado las jornadas y facilitando turnos del ya reducido personal operativo en el contexto de la pandemia. De esta forma se pone atención al cuidado, el desgaste mental y físico; así como el compromiso por apoyar a la ciudadanía. 

Nodos de la Red de Transporte Emergente

Fuente: (Semovi, 2021)

   Un día ordinario comienza poco antes de las cinco de la mañana; el personal llega a un nodo, se cuentan unidades por línea, se abren las pasarelas del Metro para mejor transbordo y seguridad de personas usuarias, preparan el material como cubrebocas, gel, megáfono, reconocimiento de personal en turno, cuentan usuarios en fila, se comunican con la coordinación de otros nodos para reducir frecuencias de paso o confirmar relevos, preparan un reporte detallado; continuando hasta finalizar a la media noche, con los últimos autobuses moviendo a la gente a sus destinos. Sin el compromiso del equipo en campo para reportar constantemente en grupos de chat y diversos canales de comunicación, las métricas clave de operación como frecuencias, tiempos de espera de usuarios, ocupación de unidades y retrasos; sería imposible evaluar y mejorar cada día. 

    Derivado de esta estrategia interinstitucional, cada día por instrucciones de la Jefa de Gobierno a las 13 hrs se transmitirá un informe compartido con la Directora del Metro y el Secretario de Movilidad, comunicando  los avances para restituir las líneas del Metro y los pormenores de los Servicios de Transporte Emergente y cuyo formato se asimila a la “Tardeada del Transporte” donde se ve reflejado el trabajo de quienes con su labor, garantizan la operación de la Red de Transporte Emergente. 

    Entre los resultados por semana del despliegue de personal y coordinación se encuentran los tiempos promedio de espera de usuarios del transporte por línea que en horas de máxima demanda se han logrado reducir de 9.1 a 6.1 minutos, siendo esta mejora más evidente en servicios emergentes de Línea 3. En cuanto a ocupación se refiere y considerando la actual pandemia es importante mantener bajo este indicador, en este sentido, la ocupación promedio de unidades en las tres líneas ha permanecido por debajo del 60% durante la primera semana, mientras que la segunda semana esta se redujo a 49%, tendencia que se explica por la integración de más parque vehicular al igual que al despacho continuo de unidades por parte del personal.

Reporte de Operación de la Red de Transporte Emergente (22/01/2021)


Fuente: (Semovi, 2021)

    Estas mejoras en la operación, se complementan con testimonios aun más interesantes sobre la configuración de los viajes de los propios usuarios, tanto en notas de prensa que por un lado resaltan la adaptación y comprensión ante la ausencia del Metro y por otro lado la sorpresa de abordar unidades que nunca habían usado, como el Transporte Turístico (unidades de dos pisos que apoyaron a cubrir el servicio emergente de Línea 3). Otro testimonio durante mis guardias fueron los de una señora que a sus 40 años de usar toda su vida la estación de Metro Hidalgo; fue en este contexto que le permitió conocer las nuevas unidades de Trolebús de Eje Central que dejó de usar porque “tardaban mucho” y que ahora esta alternativa pudiera ser su nueva ruta.

Como mencioné al inicio, además de la Red de Movilidad Integrada se sumaron unidades de Transporte Concesionado, Transporte Escolar, Transporte Turístico y el Mexibús del Estado de México; aumentando frecuencias, reduciendo la ocupación de unidades y tiempos de espera. Así, desde la primera semana el parque vehicular de la Red de Transporte Emergente contaba con 1, 197 unidades, mientras que al 22 de enero el parque vehicular se incrementó a 1, 405 unidades (+17%) destinados a cubrir diariamente la demanda de viajes. De la misma forma, el personal en campo incrementó de 1, 550 a 2, 339 personas en actividades operativas y administrativas, entre ellas personal de Semovi, del Metro, Pilares, de los Organismos de Transporte, Secretaría de Cultura entre otras dependencias, participaron.

Parque vehicular y personal operativo de la Red de Transporte Emergente
(12/01/2021 y 22/01/2021)

Fuente: (Semovi, 2021)

Próxima estación, restablecimiento...

Es la madrugada del sábado, ha acabado mi turno a las 12 de la noche, se cumplen dos semanas de haberse concebido la estrategia de Transporte Emergente y de agradecer la comprensión de las personas usuarias y al Metro por su constante atención. La Red de Movilidad Integrada en esta administración y en este contexto, dejó de ser un mero concepto intangible que, en medio de una emergencia, se ha vuelto más visible que nunca en las calles y regulado para beneficio de todas las personas usuarias. La Red de Movilidad Integrada nunca se ha vuelto más fortalecida, visible y solidaria en las calles, como ahora. El transporte público seguirá siendo fundamental e imprescindible para la población en una ciudad de escala metropolitana.

Tres de las seis líneas de Metro fuera de servicio ya se restablecieron y a dos semanas del incidente, la Línea 1 comenzó a operar nuevamente; superando cualquier pronóstico. De acuerdo a los informes del propio Metro presentados el 23 de enero del presente, en los últimos tres años ha habido una inversión histórica del 2018 al 2020 en el Metro con un incremento de 58% en las partidas de mantenimiento y de 68% en materia de refacciones. Esta inversión ha permitido reducir en 47% los retrasos de operación durante este mismo periodo, lo que permitirá el restablecimiento de las dos líneas de Metro restantes.

La estrategia de Transporte Emergente de la Ciudad de México continúa operando con números positivos, se han cubierto los viajes con el único gran objetivo de no dejar a nadie sin llegar a su destino y hemos profesionalizado la operación con el paso de los días. Aún hay muchas perspectivas por analizar de este evento, como la articulación metropolitana en materia de transporte, para que servicios como Mexibús ingresen a la Ciudad de México y convivan con el sistema Metrobús, un hecho sin precedentes, pues es la primera vez en la historia del transporte semi-masivo que esto ocurre. La inversión realizada por el Gobierno de la Ciudad de México para la adquisición de más de ochocientas unidades que ha permitido a RTP apoyar en esta emergencia sanitaria, para el traslado del personal médico y para apoyar al Metro.

Los mas de ochenta nuevos Trolebuses y su inversión igual relevante e histórica, ha permitido ampliar el recorrido en una de sus líneas a Metro Pantitlán, registrando incremento en su demanda y demostrando que las mejoras tecnológicas adquieren mayor sentido cuando se busca un transporte que llegue a donde la gente lo requiere y no solo eso, sino con unidades articuladas que permiten mayor ocupación con sana distancia. De la misma forma, Metrobús integró una de las diez unidades eléctricas en la Línea 4 con ampliaciones de recorrido a Pantitlán, también inició el apoyo en Línea 2 del Metro con unidades articuladas circulando en avenida Tlalpan, diversificando las alternativas de recorridos a usuarios

Unidades de Metrobús en Av. Tlalpan 


Unidades de Trolebús con ampliación de recorrido al CETRAM Pantitlán

Convencido estoy de que el camino que debemos seguir es el de continuar visibilizando la importancia del transporte masivo como el Metro, al igual que la continua mejora en la calidad de la Red de Movilidad Integrada y el Transporte Público.

15 de diciembre de 2019

Mejores autobuses, mejores ciudades


Sabemos que se necesita para operar redes de autobuses que los usuarios amen: servicio frecuente, rápido, y seguro "[...]" sin embargo, muchos de los viajes en autobús son miserables, gracias a un sistema político que es indiferente o incluso hostil a los autobuses y a las personas que los usan. Steven Higashide (2019) 




Recientemente distintas ciudades han volteado y reconocido la importancia del autobús en la cadena de viajes. Lo anterior es producto también del descontento de los usuarios quienes se apropian inmediatamente de un proyecto de transporte, cuando les beneficia; tal como sucedió en Seattle con uno de los primeros proyectos de carriles exclusivos de autobuses en donde ciudadanos defendieron y liberaron estos carriles de invasiones por vehículos de terceros. Comencé a seguir esta fenómeno a partir de un post “Love the Bus, save the City” por Laura Bliss en CityLab y me convencí que la próxima revolución del transporte urbano debería suceder en los autobuses. Lo anterior no es nuevo, en España hay movilizaciones con un amplio número de usuarios de transporte exigiendo continuamente mejoras al servicio de autobuses de la EMT. Semanas después llegó la publicación del libro de Steven Higashide “Better Buses, Better Cities” que inmediatamente adquirí y del cual les compartiré mis impresiones.




Como decía, el ejemplo más claro de este nueva ola por posicionar al autobús en la ciudad, son los pilotos y eventuales proyectos permanentes de carriles exclusivos para su circulación. En los últimos meses, diferentes ciudades; especialmente de Norteamérica han implementado estas prácticas, incluso la Ciudad de México se unió a esta nueva ola de la movilidad con algunos pilotos en corredores de transporte con resultados positivos en los tiempos de viaje; acá la liga.




El libro “Better Buses, Better Cities” de Steven Higashide, aborda de manera dinámica y concisa cómo reposicionar el servicio de autobuses a través de diferentes elementos que componen su operación. Es importante decir que el libro retrata el involucramiento de actores; especialmente vecinos, profesionistas de transporte y autoridades de manera estratégica para mejorar el servicio de transporte. Al final de su lectura, desearás que el autor fuera más extenso sobre el proceso que derivó en la mejora de calidad del viaje a través de la toma de decisiones. A partir de su experiencia como activista y profesión, Higashide  inicia la conversación aclarando que la mejor estrategia para mejorar el servicio es entender cómo opera y por qué los usuarios viajan en determinada línea de autobús; si no comprendes estas razones, será difícil plantear cambios o mejoras al mismo.

En los capítulos siguientes el autor describe la manera de lograr que el servicio de autobús sea frecuente a partir de las compensaciones de demanda de viajes vis a vis cobertura de transporte y apoyándose de la teoría de Jarret Walker (Human Tránsit). En el capítulo siguiente narra cómo el desplazamiento de la lava de un volcán activo puede llegar a desplazarse más rápido que el servicio de autobuses en algunas ciudades. Al respecto, más allá que los autobuses vayan rápido, lo importante es identificar los obstáculos, el diseño de calles y aquello que sucede en un corredor de transporte que reduce su nivel de servicio y confianza en los usuarios. Con la finalidad de mitigar malas prácticas, Higashide menciona que no se trata únicamente de implementar carriles exclusivos sino de un proyecto integral de transporte que puede implicar configurar fases semafóricas, atendiendo intersecciones conflictivas, regulación de áreas de ascenso y descenso; además de fiscalizar su operación; entre otras medidas. 


No importa si tienes un servicio de autobuses con alta frecuencia y confiable, si no garantizas una experiencia peatonal grata a los usuarios. Lo anterior es importante, sin embargo hay un debate constate sobre la competencia, responsabilidad o facultades que tienen las autoridades u organismos de transporte sobre la infraestructura peatonal ya que se encuentra en un “área gris” en diferentes contextos y ciudades. A pesar de esto, mejorar las condiciones de espera y caminabilidad hacia el transporte es crucial. Otro punto importante abordado es lograr un servicio de autobuses justo y equitativo. No sólo es importante diversificar las formas de pago, sino iniciar conversaciones complejas y difíciles sobre los esquemas tarifarios cuya política favorezca principalmente a los estratos sociales más bajos y usuarios de transporte, obteniendo un impacto equitativo.

Para ir cerrando la lectura, Higashide narra su experiencia como intermediario en la ampliación de un servicio de transporte en el que la importancia de los activistas y vecinos fue fundamental ya que idearon campañas, acciones,  probaron la utilidad de una línea de autobuses y el sector privado fue convencido gracias a una narrativa que colocaba a la línea de autobuses ser considerada como un factor de competitividad económica. 

Finalmente Higashide aborda las formas en que estructuralmente el fondo federal de transporte en Estados Unidos facilita su gasto en infraestructura gris (infraestructura vial). En principio es contradictorio porque a pesar de que es un "Fondo de Transporte", sólo el 24% del total del fondo está etiquetado a transporte público. No sólo hay una flexibilidad en el termino, sino que este sólo se considera para infraestructura principalmente. A partir de esto, el autor se cuestiona: por qué únicamente se etiqueta un gasto federal para infraestructura de transporte y no fondos para la operación de transporte (organismos de transporte, centros de datos, estudios e investigaciones) o para áreas relacionadas a la operación (mejora de infraestructura peatonal, de accesibilidad, de orientación e información) y muy importante para los operadores (a través de capacitaciones, despachadores, cursos de actualización e incluso mejora de las condiciones laborales) porque ciertamente no sirve de mucho adquirir infraestructura (Flota de transporte o ampliar líneas de tren o transporte) si no hay suficiente personal que este en condiciones de operarlo.
Dignificar al operador de autobús.
Considerando que en la ZMVM  habitan alrededor de 15 millones de personas y que 76% de ellas se desplazan en transporte Colectivo; el volumen de viajes y reparto modal lo  convierte en un transporte indispensable sobretodo en zonas, donde los servicios como el BRT o un transporte como el Metro no pueden cubrir. Espero puedan adquirir el libro e inspirarse para impulsar un servicio de autobús digno de sus usuarios!

18 de agosto de 2019

De Moscú con amor... al Metro


Después de algunos días de viajes y de haber visitado San Petersburgo, llegué a la ciudad de Moscú un lunes por la mañana. Me encontraba en la estación Kurskaya; un nodo de transporte que conectaba el tren, metro y autobuses. Caminaba en busca del Metro y fue en ese momento que aquella letra “M” de color rojo intenso llamó mi atención. Seguí la dirección que me marcaba la entrada y me encontré con el mapa de la red del Metro en un marco redondo; rompiendo de inmediato con la idea de que todos estos materiales de orientación deben ser rectangulares o cuadrados. Pero no sólo era el mapa únicamente, sino la red de Metro, que destacaba por sus dos líneas circulares y radiales.
Fuente propia. Mapa del Metro de Moscú.
Fuente propia. Las estaciones y los transbordos a las líneas circulares

Me acerque de inmediato a la taquilla atendida en su totalidad por mujeres. Deseaba comprar una tarjeta
Troika; que es la tarjeta única e intermodal con la que puedes subirte al Trolebús, Metro, Tranvía y autobuses desde 2013. Al pasar los torniquetes, comencé a darme cuenta del mármol que cubría la estación de forma modesta. Tras pasar unos arcos de vigilancia y descender a lo más profundo de la estación me encontré con un mosaico enorme de Lenin que observaba en dirección a la plataforma o Zal de la estación. 


Fuente propia: Mural de Lenin en la estación del Metro.
El ruido que generaba la llegada del tren me aturdió, pero me olvidé pronto de ello, pues la decoración de la estación deslumbraba, pude ver los candelabros colgando ofreciendo una luz tenue que alumbraban a los vagones tradicionales y un mar de gente saliendo de estos. En medio de lo que fuera la hora de máxima demanda, me percate que el personal del Metro integrado en su mayoría por mujeres uniformadas con un silbato y paleta en mano indicaban cómo abordar a los usuarios de manera veloz. Las mujeres al tocar su silbato, emitían una orden de autoridad que hacía que los usuarios inmediatamente dejaran de ingresar al vagón. Al mismo tiempo, la mujer del silbato se dirigió al conductor del tren levantando una paleta blanca, indicando así el cierre de puertas.
Fuente: Grigory Dukor / Reuters

Fuente: Wikipedia. Vista desde un puente peatonal para transbordar en hora  pico
Quizá fuera la autoridad que marcaba la mujer en la plataforma o las puertas que cerraban verdaderamente rápido y de forma brusca, pero al poco tiempo el tren estaba partiendo, tomando velocidad de manera inmediata. Fue en este momento que vi el reloj, el cual estaba marcando los minutos y segundos que restaban para que el próximo tren llegara y fui así que me volví testigo del cumplimiento en los itinerarios programados

Fuente propia: Reloj con hora y minutos restantes para el próximo tren
Tras salir del hotel en el que me hospedaba continué con la búsqueda de la estación de Metro más cercana. Caminar y ser peatón o ciclista en Moscú no es lo más sencillo, dado que hay un número considerable de pasajes subterráneos para cruzar las avenidas congestionadas por vehículos con pocos cruces peatonales o infraestructura ciclista. Por otro lado, las estaciones de Metro no se encuentran cercanas una de otra; cuentan con una distancia promedio de 1 km. Moscú a diferencia de las ciudades europeas, es una ciudad dispersa y muy grande con una población de 12 millones de habitantes.
Pasaje subterraneo para cruzar una avenida. Interesante que incluso había un cajero.
Fuente propia: Vista al Kremlin.
Fuente propia: Estación de Metro Borovitskaya
Fuente propia: Un tranvía tradicional en Moscú
Moscú, a pesar de su tamaño y al igual que otras ciudades, ha impulsado una fuerte estrategia para mejorar el servicio de los autobuses y cubrir la demanda de viajes integrando nuevas unidades de Trolebús y dando mantenimiento a los Tranvías. También recientemente han incluido el servicio nocturno ampliando el horario de servicio y su cobertura las 24 horas. Por otro lado, las paradas cuentan con amplia información de rutas e itinerarios y de igual forma en la ciudad también comenzaba a verse varios scooters, pero estos estaban anclados, de forma permanente.

Fuente propia: Scooter con anclaje.

Fuente propia: Empresa de scooter en Moscú.
Encontrando la bella estación de Park Kultury ingresé e inicie la jornada en busca de las estaciones como Mayakovskaya, Belorusskaya, Komsomolskaya y Novoslobodskaya, entre otras.

Fuente propia: Afueras de la estación de Metro Park Kultury
Como explicaré más adelante; mi interés con el Metro de Moscú tiene origen desde el contexto en que fue concebido como sistema de transporte y sus majestuosas estaciones, como parte de un gran proyecto político y social. Cada una de las estaciones de Metro dan cuenta de la cultura, la historia, así como de los personajes que se han plasmado en esculturas, murales, mosaicos y acabados.
Mi primer parada fue la estación Komsomolskaya que es la estación arquetipo de un palacio subterráneo, donde confluyen un número considerable de usuarios de Metro. Esta cuenta con paredes de un color amarillo, mármol rosa cubriendo las paredes y esa luz tenue que proviene de grandes candelabros. Se pueden observar una serie de mosaicos en el cielo de la estación que narran episodios de la liberación y lucha de Rusia.


Fuente propia: Estación Komsomolskaya 

Fuente propia: Estación Komsomolskaya.


Fuente propia: Estación Komsomolskaya.

El segundo transbordo fue en la estación Mayakovskaya que cuenta con un
Zal de enorme tamaño y una gran iluminación. Recordemos que también estas estaciones fueron planeadas para servir como bunkers en el periodo de entre guerras. Fue en esta estación que también Stalin celebró el 27 aniversario de la Gran Revolución e hiciera mención de la configuración política que comenzaba a darse en Alemania durante 1944 y a la que era necesario enfrentar. Al igual que la estación anterior, esta contaba con marcos bajo la temática “Un día en el país de los soviets”. No importa cuán tarde vayas o qué tan lleno vaya el Metro; puedes siempre salir a una estación amplia con mosaicos que recuerdan la historia del país.


Fuente propia: Estación Mayakovskaya

Fuente propia: Estación Mayakovskaya
La tercera estación fue Novoslobodskaya que cuenta con una serie de vitrales de llamativos colores, marmol y un mural. Los arcos y el mosaico dorados acompañan un mural al final de la plataforma con una mujer sosteniendo a un bebé frente a la hoz y el martillo soviético completando una imagen con una fuerte carga simbólica. Si bien he hablado en general, hay muchas otras estaciones y detalles que de mencionarse haría mas extenso el texto.


Fuente propia: Estación Novoslobodskaya.

Estación Novoslobodskaya.
fuente propia: Mural en pasillos de la estación Novoslobodskaya.
Fuente propia: Estación Belorusskaya.
Fuente propia: Estación Belorusskaya.
Las afueras de las estaciones de Metro cuentan con una arquitectura vanguardista, diferente cada una. Este sello vanguardista también conocido como Constructivismo se observa en varias estaciones pero sobre todo en Krasnye Vorota y Park kultury. Mientras que la primera destaca por sus tres grandes arcos que te dan la bienvenida, la segunda mantiene una estructura cilíndrica que invita a adentrarse al Metro.  
Fuente propia: Estación Krasnye Vorota.
Fuente propia: Estación Lubyanka.
En palabras, Lazar Kaganovich (uno de los muchos impulsores del Metro en Moscú) quien compartía la visión con Stalin de que el Metro en otras ciudades era sombrío, monótono y triste. Kaganovich decía que la forma diferenciarse de estos era a través de un plan ambicioso que pudiera ennoblecer y elevar el orgullo de entonces y actuales usuarios del Metro en Moscú. Con esto en mente, el Metro de Moscú estaba destinado a demostrar que la planificación central comunista podría hacer un mejor trabajo al atender las necesidades diarias de transporte en contraste con los subterráneos abarrotados e ineficaces construidos por las ciudades capitalistas. 

Fuente: Metro.ru Plan Maestro del Metro en 1935.

Los diferentes proyectos destinados para ampliación y mejora del Metro de Moscú fueron pospuestos por distintas circunstancias que ocurrieron en el país tales como la Gran Guerra, la Revolución de Octubre y un periodo de Guerra Civil. Tras instaurarse la Unión Soviética; Moscú se encontraba aún en un estado de agitación social y abandono de servicios, efecto de guerras pasadas. El transporte motorizado compuesto por carruajes era un caos, el tranvía contaba con 1, 944 unidades pero sólo 1, 033 en operación. De igual forma, los autobuses sumaban una flota de 250 unidades, pero sólo 200 circulaban en las calles. Con la expropiación del tranvía no hubo garantía en reducir los accidentes o el tiempo de traslado de los habitantes (Robbins, M.,1997).

Por si fuera poco, un grupo social denominado “Disturbanistas” abogaban por la dispersión de la población en pequeñas villas (similar al plan Broadacre City de F. L. Wright o Ciudad Jardín de E. Howard) para mitigar el incremento de conflictos ocurridos en una ciudad con una población creciente (Grescoe, 2012). Mientras tanto en ciudades de occidente comenzaban a operar sistemas de Metro, pero la entonces Unión Soviética no convencida de querer adoptar el modelo estadounidense, buscó el asesoramiento de Londres y Berlín para idear un plan de construcción y expansión del Metro, de acuerdo a la proyección de crecimiento de la ciudad de Moscú (Gelman T., 1924).

El incremento de la población natural y migrante en Moscú, demandaba en proporción mejores servicios; entre ellos el de transporte. La ciudad liderada por Stalin decidió descartar la idea de los “Disturbanistas” que entre sus argumentos se encontraba catalogar el Metro como un proyecto que explotaría a la clase obrera, colocando como ejemplo a aquellas ciudades de occidente. Por el contrario, Stalin declaró que las ciudades serían la llave del futuro comunista instalando un área de gobierno para el diseño del Metro en 1923. Posteriormente, en 1928 se contó con el primer proyecto de línea de Metro que conectaría la periferia con el centro de la ciudad de Moscú (Gelman T. 1924).

De acuerdo con M. Robbins (1997), fue hasta noviembre de 1932 que Stalin y N. S. Kruchev nombraron a  Lazar Kaganovich para llevar a cabo “el mejor Metro del mundo”; en palabras de Stalin. Kaganovich quien era mano derecha de Stalin y quien tuviera experiencia únicamente como zapatero, carecía de cualquier conocimiento como ingeniero o incluso de haber visitado algún Metro. Así, el principal desafío para el proyecto de Metro en Moscú fue la nula experiencia en la materia. En una entrevista, Kaganovich llegó a mencionar que en aquel momento quizá era más sencillo para la Unión Soviética prepararse para ir al espacio que para construir el Metro (Grescoe T., 2012).
Fuente:metro.ru "La capital proletaria: ¡transporte ejemplar!”
Tras un atraso en las labores; Stalin optó por sumar una amplia fuerza de trabajo proveniente del ejército, de la Liga de jóvenes comunistas y de los Subbotnik; población que voluntariamente y/o por orden de las autoridades realizaban actividades de carácter social (Grescoe T., 2012). La población que llevaría a cabo estas actividades se encontraba compuesta por hombres y por mujeres casi de manera igualitaria, quienes al tener todo el apoyo del Estado a través de la expropiación de bienes, avanzaron y expropiaron lo que hubiera sido necesario para realizar el proyecto, así fueran iglesias, edificios o monumentos. Sin embargo fue necesario excavar profundamente para evitar derribar la ciudad. Ante la falta de maquinaría, la primer línea de Metro fue construida básicamente con palas, picos y fuerza humana.


Fuete: metro.ru "Tenemos Metro"
La tecnología fue otro de los elementos con que se carecía, pero que fueron adaptando con el asesoramiento obtenido principalmente de Londres en materia de construcción y de Berlín sobre los vagones. Grescoe T. (2012) mencionaba que en un momento la armadora alemana Siemens  y la empresa de escaleras eléctricas Otis, entablaron conversaciones para que usaran sus productos como prueba, sin embargo los ingenieros rusos desarmaron en su totalidad vagones y escaleras para conocer la funcionalidad de diferentes dispositivos y posteriormente armarlos localmente, adaptandolos a las características del Metro de Moscú.


Fuente: Metro.ru  A la izquierda trabajadoras y trabajadores del Metro haciendo los túneles y a la  derecha el festival de inauguración del Metro.

Finalmente, el 15 de Mayo de 1935 se inauguró la primer línea del Metro con 11 km. de longitud y 13 estaciones. Operativamente el Metro de Moscú se distinguió al inicio por su velocidad promedio de 47 km/h. y una velocidad máxima de 80 km/h, cuando el Metro de Nueva York contaba con una velocidad promedio de 40 km/h y una máxima de 45km/h. A 85 años de la construcción del Metro, se proyecta construir un tercer anillo que cubre las zonas periféricas en proceso de urbanización y cuya proyección inicialmente fue para transporte de carga. En la actualidad el Metro de Moscú mueve a 6 millones de usuarios al día, tiene 90 segundos de intervalo por tren, 269 estaciones y 15 líneas. El tercer circuito de 69 kilómetros se completará en 2022, tendrá 31 estaciones, incluidas 19 estaciones con transbordo a otras líneas de metro.



Fuente: Metro.ru A la izquierda en color naranja la ampliación de la tercer línea circular en esquema y a la derecha su vista a escala geográfica.

En línea pueden encontrar bastante información sobre la arquitectura, canciones, poemas, mosaicos, murales, la historia y personajes involucrados en la construcción del Metro de Moscú. También existen muchas anécdotas como la que T. Grescoe (2012) comenta acerca del origen de la primer línea circular del Metro de Moscú y cómo fue concebida tras una reunión del grupo técnico con Stalin, quien tras levantar su taza de café del mapa que contenía el plano general de líneas, dejó impresa en un mapa la forma circular y decidió en ese momento que debía proyectarse.
Un rascacielos que forma parte de "las siete hermanas de Stalin"

Moscú ocupa el 5to. lugar entre las ciudades más congestionadas del mundo al 2018. Lo anterior se debe en gran medida a las altas tasas de motorización y el histórico espacio dedicado al automóvil. Hasta hace poco existían los Migalki, vehículos privados que similares a una ambulancia, contaban con una torreta que permitía garantizar el paso de vehículos sin permiso y de manera ilegal. Ahora estas prácticas se han ido eliminando. Quizá sea momento que nazca una nueva revolución donde el peatón retome su posición central como actor en la ciudad, sumando fuerzas con ciclistas para incrementar carriles compartidos o infraestructura ciclista. Una revolución donde el transporte público; como los autobuses, tengan espacios de circulación exclusivos. Esta revolución en materia de movilidad inició en el subterráneo, pero deberá continuar a nivel de calle.
Mi recuerdo hecho tatuaje.

Bibliografía que les podrá interesar.
Grescoe, T. (2012). Straphanger: Saving Our Cities and Ourselves from the Automobile (Edición: First Edition). New York: Times Books.
Robbins, M. (1997). London Underground and Moscow Metro. The Journal of Transport History, 18(1), 45–53. doi:10.1177/002252669701800105
Gelman, T. (1924). The Planning of Moscow. The Town Planning Review, 11(1), 13-16. Retrieved from http://www.jstor.org/stable/40101430